jueves, 26 de marzo de 2015

¡EMPEZAMOS!



 Nuestra pasión es la literatura y, una vez a la semana, queremos compartirla con vosotros: por ello hablaremos de poemas y de poetas portugueses, de sus vidas y de sus historias.
Gracias por acompañarnos en esta aventura hecha de palabras.




 
Empezamos nuestra andadura hoy, el Día del Libro Portugués. La fecha fue propuesta por la Sociedad Portuguesa de Autores: el 26 de marzo fue el día en el que empezó la impresión del primer libro en Portugal, en el año 1487, en Faro, en la tipografía del judío Samuel Gastón. Se trataba del Pentateuco, en hebreo.
De esta obra religiosa solo hay un ejemplar conocido, guardado en la British Library, en Londres.



Y se cumplen hoy exactamente 100 años de la publicación del primer número de la Revista Orpheu, que marcó el inicio del Modernismo en Portugal. Su carácter innovador provocó una gran polémica, siendo motivo de críticas en las portadas de los periódicos. Se ridiculizaba esa nueva forma de poesía y se tildaba de locos a esos poetas, sobre todo a Mário de Sá-Carneiro por su poema "16" y a Álvaro de Campos (heterónimo de Fernando Pessoa) por la "Oda Triunfal".



El segundo número ve la luz en septiembre de ese mismo año, bajo la dirección de Fernando Pessoa y de Mário de Sá-Carneiro. Se acentúa su carácter provocativo y se revelan nombres como Santa-Rita Pintor o Ángelo de Lima, poeta que estaba ingresado en un psiquiátrico. Por falta de fondos y muchas otras dificultades, el tercer número ya no pudo publicarse.






Hoy os dejamos el poema "16" de Mário de Sá-Carneiro, que tanta polémica causó cuando fue inicialmente publicado en Orpheu:




16
Esta inconstancia de mi mismo en vibración
Me transpondrá a las zonas intermedias,
Y seguiré entre cristales de inquietud,
Chirriando, ondulando… Sueltas las riendas,
Mis sueños, leones domados de fuego y asombro tirando
De la torre de oro que era el carro de mi Alma,
Se perderán por el desierto, moribundos de Luna,
Y solo recordaré en un balanceo de palma…
En los oasis, después, se hundirán los filos,
La atmósfera será otra, en otros planos:
Las ranas croarán en roncos tonos humanos
Vomitando mi carne que comieron entre estiércoles…

*       *       *   

Hay siempre un gran Arco al fondo de mis ojos…
En cada paso mi alma es otra cruz,
Y mi corazón gira: rueda de colores…
No sé a dónde voy, ni veo qué persigo…
Ya no es mi rastro el rastro de oro que aún sigo…
Resbalo en puentes de gelatina y de mohos…
Hoy, la luz para mí siempre es media luz…

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Las mesas de Café enloquecieron hechas aire…
Ahora me ha caído un brazo… Mira, ahí va valsando
Vestido de casaca, en los salones del Virrey…

(Subo por mí arriba como una escalera de cuerda,
Y mi Ansia es un trapecio estropeado…). 




Al año siguiente, Mário de Sá-Carneiro se suicidaría en París el 26 de Abril. Fue uno de los nombres más relevantes de la Generación de Orpheu y del Modernismo portugués.

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